¿Has escuchado la frase: «Lo que resistes, persiste»?
Normalmente lo escuchamos cuando se trata de la ley de la atracción, pero lo que quizás no sabemos es que aplica a las emociones también.
Creemos que sentir una emoción es debilidad, cuando en realidad es fortaleza porque toma coraje ponerse cara a cara con esa emoción y enfrentar lo que a veces se puede convertir en una oscuridad.
Una muy querida amiga recientemente le tocó enfrentar sus demonios debido a los efectos de un corazón roto… ¿Quién no ha estado ahí?
Cuando nos enfrentamos a ese proceso de desapego emocional, renacimiento propio y despertar mental al separarnos de una persona que pensábamos que estaríamos para toda la vida, se ponen a prueba todas nuestras emociones.
Unas personas se resisten a sentir ese duelo, esas emociones, y su proceso de sanación puede llegar a causar mucho más sufrimiento. Pero, cuando lo enfrentas o, como ella dice:
"cuando abrazas la emoción y reconoces que la emoción esta allí pero que esa emoción no eres tú" … se abre una puerta hacia la libertad y se rompen ataduras emocionales que muchas veces nos encadenan a la vida que no queremos ni merecemos vivir.
Alfredo De Vanna