Yo comencé a emprender desde pequeño en esas cosas que me consideraba bueno, y te puedo decir que, por una razón u otra, las cosas no avanzaban después de cierto punto y yo no entendía por qué...
Aprendí a lavar carros y comencé a prestar el servicio a las personas de mi cuadra y en punto hasta contraté a un amiguito para que me ayudara para así poder lavar más carros.
Compre un kit de magia porque me encantaba Hodini y contrataba a mi hermana como mi asistente para hacer espectáculos de magia en las fiestas de mis amiguitos (ella todavía alega que no le he pagado por esa fiesta).
Me gustaban los libros, así que me asocie con mi hermana mayor para venderlos y así a través del tiempo fui emprendiendo en varias cosas, y no fue hasta que monte mi empresa @yakidoo_latam que me di cuenta de que me faltaba un ingrediente fundamental que hacia que mis emprendimientos no salieran adelante...
Pensé que era finanzas y estudie finanzas.
Pensé que era mercadeo y estudie mercadeo.
Pensé que era recursos humanos y aprendí de contratación.
Pensé que era ventas y estudie ventas.
Y sí, todas esas cosas ayudaron, pero faltaba algo más.
Todas esas habilidades que había aprendido me hacían mejor empresario, pero no me hacían mejor persona, y si tú remueves todas las estructuras corporativas, remueves el mercadeo, las ventas y todas esas cosas, te darás cuenta de que solo quedamos “seres humanos” y nadie nos enseño a ser mejores personas, no solo con nosotros mismos sino con los demás.
Cuando descubrí que el ingrediente secreto que me faltaba era desarrollo y crecimiento personal, las cosas comenzaron a cambiar.
Como dice Jim Rohn: “Tus ingresos no se alejan mucho de tu nivel de desarrollo personal”.
Trabaja tu desarrollo y crecimiento personal y verás como tus ingresos aumentarán.
Alfredo De Vanna.